Para muchas personas, la primera sesión de terapia individual puede ser un poco intimidante. No saber qué esperar puede generar nerviosismo, pero entender cómo funciona esta primera sesión puede ayudarte a sentirte más cómodo y preparado.
- Introducción y construcción de confianza
La primera sesión suele comenzar con una presentación entre tú y el terapeuta. Esta es una oportunidad para conocerse y empezar a construir una relación de confianza. El terapeuta puede explicarte su enfoque de trabajo, así como el proceso terapéutico, para que te sientas más tranquilo y cómodo. - Exploración de tus expectativas
Durante la primera sesión, el terapeuta querrá saber por qué decidiste acudir a terapia. No tienes que tener todas las respuestas claras; simplemente comparte lo que te preocupa o los problemas que te llevaron a buscar apoyo. Es importante hablar con honestidad sobre lo que esperas lograr en la terapia. - Preguntas sobre tu historia personal
El terapeuta puede hacer preguntas sobre tu historia personal, tus relaciones, tu salud física y emocional, y tu situación actual. Esta información le ayuda a tener un contexto más amplio de tu vida y tus experiencias, lo que guiará el proceso terapéutico. - Establecimiento de metas
Hacia el final de la sesión, puedes comenzar a definir con el terapeuta algunos objetivos iniciales para la terapia. Estos pueden ir cambiando a medida que avanzas, pero tener una idea clara de hacia dónde quieres ir te ayudará a mantenerte enfocado en el proceso. - Sentirse libre para hacer preguntas
No dudes en hacer cualquier pregunta que tengas sobre el proceso, la confidencialidad o el enfoque del terapeuta. La primera sesión es una oportunidad para que ambas partes establezcan una base de confianza y apertura.
Tu primera sesión es solo el comienzo de un proceso que puede ser profundamente transformador. No es necesario que tengas todas las respuestas desde el principio; lo más importante es dar ese primer paso hacia el autocuidado y el bienestar.